Cómo evitar que se pegue la comida

Cómo evitar que se pegue la comida
Trucos prácticos para impedir que se pegue la comida al cocinar y aprender a cuidar los alimentos, las sartenes y las cazuelas
·         Por PEIO GARTZIA
6 de agosto de 2013
La temperatura excesiva, la ausencia de caldo suficiente o unos recipientes y utensilios en mal estado son las principales causas de que se nos pegue la comida cuando cocinamos. Para evitar que esto suceda, podemos hacer varias cosas (y dejar de hacer otras). Ya sean guisos, fritos o salteados, o se trate de una sartén, una plancha o una olla, existen trucos sencillos que nos ayudarán a preparar platos sin contratiempos. A continuación, se listan ideas útiles para poner en práctica con la comida y los recipientes donde cocinamos.

Trucos para impedir que se queme la comida: los alimentos

  1. Temperatura. Muchas veces, la comida se pega al recipiente de cocción por un exceso de calor. Si vamos con prisas, es frecuente poner el fuego al máximo para ahorrar tiempo, pero también es habitual olvidarse de bajarlo una vez que el recipiente ha alcanzado la temperatura idónea. La primera acción correctora es muy simple: vigilar y evitar las altas temperaturas (o acordarse de bajar el fuego cuando introducimos los alimentos).
Tiempo. Cada receta tiene un tiempo determinado de cocción, y resulta fundamental respetarlo. Los descuidos, los olvidos o hacer varias cosas a la vez casi siempre acaban con la comida quemada y pegada al fondo de la cazuela o la sartén. Mantenerse junto al fuego y vigilar nuestra receta es clave para evitar este crocante desenlace.
3.    Guisos y potajes. En la comida de olla, como los guisos y potajes, es necesario remover la mezcla de vez en cuando, con el fin de que el calor se distribuya de manera uniforme por toda la cazuela.
4.    Salteados. Cuando preparamos salteados, debemos removerlos rápido para que los ingredientes suelten los jugos, el exterior se caramelice y el interior quede ligeramente cocinado.
  1. Frituras. Con las frituras, el control de temperatura ha de ser doble. Por una parte, debemos evitar que el alimento se cocine en exceso (quemándose por fuera y quedando casi crudo por dentro). Por otra, es preciso que la temperatura del aceite no llegue al llamado "punto de quemado", en el que el aceite se degenera por exceso de calor, humea y termina pasando un desagradable sabor a los alimentos.
6.    Asados. En cuanto a los asados, el principal problema es la temperatura alta del horno sin nada de humedad. Para solucionarlo, una vez que comienza a dorarse el exterior de la carne y los jugos y grasas pasan a la bandeja, debemos recogerlos con una cuchara o cucharón y verterlos sobre el asado de manera periódica. De ese modo, bajamos un poco la temperatura cada vez que abrimos el horno, y damos un color dorado al asado al bañarlo con sus propios jugos. Si fuese necesario, a los asados a media cocción podemos agregar un chorrito de agua o de vino para que aporten un poco de humedad a un ambiente tan seco.

Evitar que se pegue la comida: los recipientes y utensilios

Los alimentos que preparamos también pueden pegarse por causas ajenas a los descuidos o el exceso de calor. El mal estado de cazuelas y sartenes, la limpieza deficiente o el uso inadecuado de utensilios para cocinar son algunas de estas otras razones (que también tienen solución).
  1. Sartenes. Existe una gran variedad de sartenes antiadherentes (de teflón, cerámica, etc), cuya principal cualidad es que la comida "no se pega". Sin embargo, no son infalibles. Para que cumplan con su cometido, es preciso cuidarlas desde el primer día:
    • No las frotaremos con estropajos o esponjas que puedan rayar su superficie.
    • Después de lavarlas, las secaremos siempre con un trapo suave para guardarlas sin gotas de agua ni humedad.
    • Nunca las pondremos al fuego sin engrasarlas (aunque sea con un papel impregnado en aceite) para que no se queme el recubrimiento antiadherente.
    • Cuando cocinemos y queramos remover la comida, elegiremos utensilios de madera o de nylon, con el fin de que no se raye la superficie ni se estropee su recubrimiento.

Cazuelas. Con las cazuelas también podemos tener los mismos cuidados que con las sartenes, sobre todo en el tipo de utensilios que escogemos para remover la comida. Las cucharas de madera o de nylon, además de no rayar la superficie, también tratan mejor a los alimentos, pues no los rompen ni despellejan.
3.    Parrillas de hierro. Si utilizamos sartenes, parrillas o planchas de hierro, la clave está en la limpieza. Para quitarles la grasa, que las superficies queden como nuevas y no se pegue la comida, hay un truco. Cubrimos la parrilla con sal, ponemos al fuego y, cuando la sal comience a cambiar de color y tome una tonalidad ocre, retiramos la sartén del fuego. Tiramos esa sal a la basura (con cuidado, ya que estará caliente y podemos quemarnos o quemar la bolsa) y luego, con un trapo de cocina seco, frotamos la superficie de la parrilla. De esta manera nos quedará limpia y brillante. Engrasamos con un papel con un poquito de aceite de oliva, dando más brillo, y guardamos en lugar seco hasta su uso.

Etiquetas: agarre comida, pegar sartén, pegue comida, queme comida


Fuente: www.consumer.es

Guía de medicina natural – Carlos Kozel -Zanahoria y la sal

Guía de medicina natural – Carlos Kozel
Zanahoria y la sal
La sal no es necesaria en los vegetales , pues todos 105 vegetales
crudos contienen sales naturales, del mismo modo que el azúcar natural
de las frutas hace innecesario el azúcar refinado artificial.
La sal, sobre todo usada en abundancia, es muy perjudicial para la
salud pues puede provocar diversas enfermedades: de los riñones, del
hígado, de la vejiga, de la piel. También la ictericia puede tener su
origen en un consumo excesivo de sal. Las afecciones e impurezas de la
piel del cuerpo y del cutis, son provocadas casi siempre por el uso de
condimentos fuertes y por la ingestión de comidas saladas.
Nuestros amables lectores habrán comprendido que en la cocina
vegetariana jamás debe usarse el vinagre y los condimentos fuertes, tales
como la pimienta, la mostaza, el clavo, la guindilla (ají o chile), solo es
tolerable el empleo de un poco de sal de cocina. Para guisar, la cocina
vegetariana dispone de muchos condimentos naturales que, además de
ser muy sanos, son riquísimos. Tales son: el ajo, la cebolla, el tomate,
las finas hierbas, el orégano, el tomillo, el laurel, etc.
El excesivo uso de sal produce la acidificación de los jugos gástricos
y de la sangre, impide además a los órganos internos aprovechar
totalmente las vitaminas y sales minerales que recibe e1 cuerpo comiendo
cosas naturales, obstruye las células e impide su buena nutrición.
Basta decir que la ingestión de 250 gramos de sal de una sola vez puede
producir la muerte, para que se mire con prevención el consumo de sal,
limitándolo a lo estrictamente indispensable y suprimiéndolo totalmente
cuando el caso lo requiere; por ejemplo, en todas las afecciones del
aparato renal y en muchas afecciones del hígado y de las vías biliares.
Por otra parte, el consumo excesivo de sal facilita extraordinariamente
el agravamiento de enfermedades tales como el reumatismo y la gota.
Conviene hacer cada año la cura de zanahorias propuesta, haciéndola
durar varias semanas. Mientras dure esta cura, el régimen alimenticio
del individuo debe ser estrictamente vegetariano. A la vista de los
excelentes resultados, es casi seguro que una vez terminada la cura, el
que haya hecho la prueba, seguirá con la mejor voluntad y excelente
ánimo el régimen natural que se impuso durante la misma. solo se
necesita un poco de voluntad y un cierto dominio de s i mismo, para
proseguir con tan saludable manera de vivir. La bendición que brota de
ella no se puede pagar con todo el oro del mundo, pues no hay riqueza
que se pueda comparar con la salud.
Un buen auxiliar para seguir la senda del vegetarianismo es nuestro
libro de cocina: "La salud depende de la cocina." Nos alegraría que
todas aquellas personas que a través de nuestros libros han pasado a
formar parte de la gran familia vegetariana, nos escribieran unas líneas.
No podernos terminar este articulo sin hacer resaltar una de las
propiedades más importantes de la zanahoria. Gracias a su gran contenido
en vitamina A, la zanahoria resulta un poderoso remedio para las
enfermedades de la vista.
No solamente cura toda clase de inflamaciones, conjuntivitis, etc.,
sino que fortifica enormemente la vista y aumenta la agudeza visual.
Todos los que padezcan de alguna enfermedad o de algún defecto de la
vista, tienen en la zanahoria un remedio sencillo, eficaz, seguro y al
alcance de todos los bolsillos. Pruébelo, si es éste su caso, y se convencerá.
Naturalmente (y la observación es muy importante), la zanahoria
será eficaz siempre que se adopte al propio tiempo un r6gimen alimenticio
vegetariano racional y equilibrado.
Fuente: Guía de medicina natural – Carlos Kozel


ZANAHORIA

  ZANAHORIA • Nombre Científico: Daucus carota  • Descripción: La zanahoria silvestre, de la que proceden los diversos tipos cultivados, se ...