ANÍS • Nombre científico: Pimpinella anisum


  

ANÍS
• Nombre científico: Pimpinella anisum (1,2,3).
• Partes utilizables: aceites esenciales obtenidos de los frutos (1,3).
• Descripción botánica:
Es una planta anual que crece de uno a dos pies (2). Los pétalos son blancos, de aproximadamente 15 mm de longitud y con márgenes ciliados. El fruto es velloso, suave y ovalado. La raíz es delgada y fusiforme, y el tallo es erecto, redondo, y con ramificaciones (1).
• Composición química:
_Aceites esenciales: trans-anetol, metilcavicol, para-metoxiacetofenona, furanocumarinas, trazas de hidrocarburos terpénicos, aldehídos y cetonas anísicas (1,2,3).
_Acido caféico y sus derivados (1).
_Flavonoides: quercitrósido, isorientina, isovitexina, vitexina, rutósido, apigenina-7-0-glucósido, luteolina-7-o-glucósido (1,3).
_Esteroles: estigmasterol (3).
_Ácidos grasos y sustancias protéicas (1).
• Farmacología:
Tiene una acción carminativa, digestiva, espasmolítica a nivel respiratorio y digestivo, presenta un efecto: hepatoprotector, mucolítico, expectorante, diurético, galactógeno, estrogénico, antiséptico, antimicrobiano, antiviral, escabicida, vermífuga, aromatizante y repelente de insectos (1,2,3).
Usos e indicaciones:
Aprobados por la comisión E:
_resfriado común
_tos y bronquitis
_fiebre
_inflamación de boca y faringe
_dispepsias y pérdida del apetito (1).
Usos no demostrados: tosferina, flatulencia, cólicos, gastroenteritis, parasitosis intestinales, efisema, asma, oliguria, cistitis, en lactancia, como digestivo, para problemas menstruales, enfermedad hepática y tuberculosis (1,3). Se utiliza ampliamente como corrector organoléptico del olor y del sabor y en forma tópica en dermatomicosis como pitiriasis versicolor, tricofitosis, candidiasis y pediculosis (3).
• Contraindicaciones:
Intolerancia al anís, al anetol o a otros aceites esenciales (1,3). Salvo indicación expresa, abstenerse de la prescripción por vía interna durante el embarazo, en niños menores de seis años o a pacientes con gastritis, úlceras gastroduodenales, síndrome de intestino irritable, colitis ulcerosa, enfermedad de Chrohn, epilepsia, Parkinson u otras enfermedades neurológicas (3). Aunque no se ha podido demostrar su efecto estrogénico, se recomienda evitar su uso en pacientes con hiperestrogenismo o en tratamientos con estrógenos o progestágenos (3).
• Precauciones y efectos adversos:
El aceite esencial, a dosis elevadas y/o prolongadas, puede producir efectos convulsionantes y actuar como estupefaciente, provocando paresteias musculares, congestión cerebral, y otros disturbios orgánicos (3). Puede originar reacciones de hipersensibilidad cutánea e irritación como eritema y dermatitis vesicular (2,3), reacciones de hipersensibilidad respiratoria y gastrointestinal (3).
• Dosificación:
_Infusión: dosis única de 0.5 gramos a 1 gramo antes de las comidas (1).
_Aceite esencial desterpendado: una o dos gotas sobre un terrón de azúcar o micoencapsulado (25mg/cápsula) de una a tres veces al día.
_Té: una taza diaria como expectorante, y una cucharadita diaria para problemas intestinales (1).
_Tintura (1:10): 30 a 50 gotas, una a tres veces al día (3).
_Extracto fluido (1:1): 10 a 20 gotas, dos o tres veces al día (3).
_Extracto seco (5:1): 100 a 300 mg diarios (3).
_Polvo: 0.2 a 2 gramos al día en tres tomas (3).
_Jarabe (5%): 30 a 60 gramos al día en niños (3).
Fuente: Centro Nacional de Información de Medicamentos (CIMED). INIFAR. Facultad de Farmacia. Universidad de Costa Rica.CIMED. 8
Serie de Actualización Profesional CIMED 2002. Teléfonos: (506) 207 5495 – 207 3330. Fax: (506) 207 5700.
Email: cimeducr@cariari.ucr.ac.cr
Fuente:  PLANTAS MEDICINALES
VOLUMEN II
Elaborado por:
Dra. Victoria Hall Ramírez
Dra. Milania Rocha Palma
Dra. Ericka Rodríaguez Vega
Farmacéuticas CIMED

Aloe Vera La planta que cura FABRICACIÓN



Aloe Vera
La planta que cura
FABRICACIÓN
Los procesos de fabricación de los extractos de áloe
medicinal han evolucionado mucho a lo largo de los siglos.
Así como antaño los árabes disponían la pulpa de las hojas en
sacos de piel de cabra y la hacían secar al sol hasta que quedara
reducida a una especie de resina, los socotrinos molían las
hojas secas, los colonos de Jamaica las hacían hervir en un
caldero y recogían su jugo muy concentrado. En Barbados, los
esclavos cortaban las hojas de la planta y las disponían, con la
incisión hacia abajo, en un recipiente de madera donde el jugo
se derramaba, antes de ser hervido y reducido hasta tener la
consistencia del azúcar de caña.
Actualmente, aunque la cosecha y preparación manual de las
hojas continúa aquí y allá, la mayor parte de las grandes
sociedades especializadas en el áloe han adoptado máquinas
modernas para proteger su producto de cualquier impureza.
Al comprobar que era el gel mucilaginoso el que tenía los
elementos más activos de la planta, los americanos han puesto a
punto un proceso semi-automático de extracción de la pulpa,
evitando que surja cualquier presión que pueda mezclar la
aloína (11) y otras substancias químicas no deseables al gel
medicinal.
Pero la clave de un buen áloe no reside solamente en el
proceso de extracción sino principalmente en el método de
estabilización y de conservación del producto.
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(11) Recordemos que hay que diferenciar la savia amarillo/ rosácea presente
bajo la primera piel del aloe vera y que contiene la aloína del gel translúcido
que forma la pulpa de su mucílago*.
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CONSERVACION
El gel blanquecino y translúcido de la pulpa del áloe es muy
inestable. Si se deja al aire libre se oxida muy aprisa y este
proceso destruye la mayoría de sus propiedades terapéuticas.
Incluso puesto en el frigorífico, se altera rápidamente. Se
entiende pues de esta manera que el verdadero problema
expuesto en su comercialización fuera su estabilización.
Los investigadores que se han preocupado por este problema
han intentado primero exponer el gel a los rayos ultravioleta.
Este proceso fue rápidamente abandonado puesto que
modificaba su composición química.
Se intentó también sin mucho éxito la pasteurización,
sometiendo al gel a temperaturas superiores a los 60º, después
de haber añadido peróxido de hidrógeno.
Algunos adoptaron la técnica del secado en frío al vacío, que
daba resultados bastante buenos, ya que el gel conservaba la
mayoría de sus propiedades una vez rehidratado; otros optaron
por la técnica de la deshidratación en caliente, con temperaturas
medias o muy altas. Se preconizó también la irradiación, pero
como para la fruta y las legumbres se renunció rápidamente a
este proceso, del que no se conocen aún todas las
consecuencias en el organismo.
En cualquier caso, ¡ ninguno de estos métodos permitía
conservar las propiedades naturales del gel así tratado, en
particular todas sus vitaminas y sus enzimas, principales
valores del producto ! Era pues necesario encontrar el proceso
ideal que permitiera estabilizar el gel sin destruir los enzimas.
Fue Bill Coats, fundador de Aloe Vera of America quien
descubrió y patentó la técnica de conservación más perfeccionada
que existe actualmente. Consiste en dejar incubar el gel dentro de
cubas, añadiendo vitamina C (ácido
ascórbico), vitamina E (tocoferol) y sorbitol para impedir que
se oxide. Trabajando con temperaturas precisas (12) obtuvo una
reacción química perfecta que permitió la conservación del
producto.
Fuente: Marc Schweizer
Aloe Vera
La planta que cura
Tradución Anna-Maria Ascolies

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