Guía de medicina natural – Carlos Kozel
Ortiga - Amargón
La cura puede prolongarse cuanto tiempo se estime oportuno.
Durante la cura debe comerse cada día puré de patatas.
Existe l imite a este respecto. El jugo ha de ser fresco, y
debe ser exprimido cada día el que vaya a consumirse durante la jornada.
La cura de jugo de amargón no solo es excelente para curar
las enfermedades y para protegerse de ellas, sino que además sirve para
aumentar el poder vital, tan menoscabado en las personas que han llevado un
equivocado modo de comer, de beber y de vivir.
Este jugo verde, con su precioso contenido de elementos
vitales, y que podríamos llamar verdadero "elixir de vida", es muy
poderoso y fortifica todas las glándulas de secreción interna, así como los
nervios, cosa que, hoy día, casi todo el mundo necesita.
Aprovechemos, pues, la época del año en que abunda el
amargón fresco para exprimir su precioso jugo y tomarlo en la cura especial que
estamos recomendando vivamente, pues tenemos cl absoluto convencimiento de que
esta cura ha de ser favorable para todos los que la practiquen, preservándoles
de muchas molestias y enfermedades, incluso de resfriados y catarros.
El amargón es un gran enemigo del ácido Úrico; tomándolo
durante bastante tiempo en una cura especial librará de dicho ácido al
organismo.
Una combinación ideal consiste en alternar la cura de jugo
de amargón con la cura de jugo de ortiga, tomando un día jugo de ortiga, y al
otro, jugo de amargón, y así sucesivamente. Ambos jugos, que separadamente obran
maravillas, juntas se completan a la perfección, incrementándose mutuamente las
respectivas cualidades. La ortiga hace todo lo posible para depurar y renovar
la sangre, combatiendo al mismo tiempo Ia acidez proveyendo de calcio a todo el
organismo, prestando asimismo sus servicios a los riñones para que estos puedan
realizar su comprometida tarea. En cambio, su hermano el amargón, favorece
especialmente y en gran manera las funciones del hígado. Esta planta amarga combate
con éxito completo las numerosas enfermedades de la vesícula biliar.
Estas dos plantas, la ortiga y el amargón, son también las
más apropiadas para todos los que padecen de diabetes.
Consumiendo, estos enfermos, ambas plantas, en forma
continuada y perseverante, habrán de obtener alivio seguro y, finalmente, la curación.
Sea como sea, canos y enfermos, deberían hacer una cura
anual con estas dos plantas, y prolongarla todo lo posible, para asegurar mejor
el éxito.
El amargón, al igual que la ortiga, puede tomarse de
diversas maneras.
Si en determinadas épocas no se dispone de amargón fresco,
entonces se debe emplear amargón desecado. De esta forma 5e puede disponer de
la planta durante todo el año. Sin embargo, siempre es preferible hacer la cura
de jugo fresco, recién exprimido.
No nos cansaremos de repetir las excelencias del amargón y
de recomendarlo vivamente a nuestros lectores. En Italia, muchas personas
acostumbran a realizar, en primavera, una cura de un mes de duración, juntando
cada día raíces y hojas de amargón (aconsejamos realizar también una cura con
su jugo), con las cuales se preparan ensaladas amargas que no tardan en
producir un poderoso efecto, librando al cuerpo de muchas sustancias extrañas,
morbosas y venenosas, especial mente el ácido úrico. Son muchos los que afirman
que gracias a esta cura anual de primavera con amargón fresco, se mantienen en
perfecta salud durante todo el año. Con esta cura han sido combatidos también
con éxito los más dolorosos cálculos biliares.
Por eso insistimos: i No olvidéis jamás de hacer una cura de
amargón,
especialmente el
amargón fresco! Obra milagros. No lo dudéis.
Fuente: Guía de medicina natural – Carlos Kozel
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