ECHINACEA

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ECHINACEA
• Nombre científico: Echinacea sp.
• Nombre común: Equinácea
• Parte utilizable: La raíz , las flores y las hojas (1,3).
• Descripción botánica:
La equinácea es una planta perenne de 60-100 cm de altura. Las hojas más o menos dentadas en los bordes, son anchas y ovaladas, con el haz de color verde intenso y pelo algo áspero en ambas caras. La inflorescencia es un capítulo que se compone de aproximadamente 20 flores liguladas radiales, de color púrpura violeta, que permanecen primero verticales y después horizontales, y de numerosas flores tubulares en la parte central, en forma de sombrero o erizo, de unos 3 cm de altura por 3-5cm de anchura (4).
Es una planta originaria de las praderas de los Estados Unidos, donde su utilización se remonta a varios siglos. Es importante saber que existen varias especies y variedades de equináceas, de las cuales solo tres tienen significado medicinal: Echinacea angustifolia, Echinacea pallida y Echinacea purpurea (4). Los análisis químicos han demostrado que entre estas tres especies existen notables diferencias en cuanto a sus componentes se refiere, e incluso dentro de la misma planta se encuentran diferentes compuestos según la parte extraída (4).
• Composición química:
Contiene alrededor de 0.1% de un glicósido llamado echinacósido, aunque su principal componente es la echinaceina, un complejo de isobutilamida.
Dependiendo de la especie el aceite esencial puede tener un alto porcentaje de alquil cetonas saturadas o isobutilamidas. Porciones aéreas frescas de la planta contienen un complejo altamente volátil llamado “germacrene alcohol”, el cual no se identifica en las partes secas de la echinacea.
Del extracto lipofílico de las raíces de la E. purpurea se han aislado un gran número de alquilamidas (1,3,4). También contiene flavonoides como el ácido caféico y sus derivados (3,4).
Estudios recientes han sugerido que los componentes polisacáridos y las glicoproteínas son los responsables de las propiedades antiinflamatorias e inmunoestimulantes de la planta (1,3).
• Acciones y farmacología:
Inmunoestimulante:
La mayoría de los estudios indican que las fracciones lipofílica de las raíces y de las hojas son las que contienen la mayor parte de componentes inmunoestimulantes (1). Los principales efectos inmunoestimulantes, antibacterianos y virostáticos se atribuyen a las alquilamidas, glicoproteínas polisacáridos y flavonoides (3). Un estudio hecho en seres humanos encontró que la administración de Echinacea estimula las células mediadoras de la inmunidad después de una sola dosis, y que con dosis repetidas diariamente la respuesta inmune se ve suprimida (1).
La Echinacea purpurea estimula principalmente el sistema inmunológico inespecífico: su principal lugar de acción son los macrófagos y los granulocitos. Algunos polisacáridos pueden entrar en acción con moléculas de reconocimiento de los macrófagos o de los granulocitos y pueden asociarse a glucoproteínas de la cubierta de los macrófagos. Como consecuencia, no es extraño que sean estimulados a través de sus receptores por la interacción de los arabinogalactanos con las glucoproteínas de la pared celular (4).
La actividad de mayor importancia de esta planta es la de ser inmunoestimulante; un gran número de ensayos in vitro y de experimentos en animales documenta la activación del sistema inmunológico: estimulación de la fagocitosis, aumento de la actividad respiratoria celular y de la movilidad leucocitaria. Extractos etanólicos administrados vía oral a ratas logró un aumento considerativo de la fagocitosis; la fracción oleosa es mucha más activa que la polar (1).
En un estudio realizado en ratones por 5-7 días, extractos etanólicos y metanólicos de E. purpurea produjeron un efecto inmunoestimulante lo cual se evidenció en un aumento de la actividad fagocítica, metabólica y bacterial de los macrófagos periféricos. Extractos de E. purpurea han aumentado la fagocitosis de Candida albicans por los granulocitos y los monocitos in vitro, aunque el extracto no tuvo efecto en la muerte intracelular de la bacteria (1).
Otros estudios ponen en evidencia que las equináceas aumentan la fagocitosis de virus, bacterias y células tumorales mediante un efecto opsonizante (4).
En un estudio realizado en Alemania con pacientes cuyo diagnóstico era cáncer colorectal avanzado con metástasis, la administración de echinacina fue añadida al tratamiento farmacológico, el cual consistía de ciclofosfamida y timostimulina: la mayoría de pacientes sobrevivieron 4 meses, 2 de un total de 15 lograron más de 8 meses, sugiriendo que esta forma de inmunoterapia podría tener algún valor con este tipo de pacientes (1).
Antiinflamatorio:
Las alkamidas poliinsaturadas de la E. angustifolia inhiben in vitro la actividad de la ciclooxigenasa (COX) de las ovejas y la 5-lipooxigenasa (LOX) porcina (1,3). Administrada en ratones vía IV, los extractos de Echinacea inhiben casi por completo el edema inducido por la carragenina. De igual forma, por aplicación tópica, inhiben de forma completa la inflamación inducida por el aceite de crotón (otra planta) cuando se aplica a la oreja de la rata . Dicha actividad fue un poco menor en comparación con la indometacina vía tópica (1).
Estimulación de citoquinas:
El polisacárido purificado de la E. purpurea llamado arabinogalactano es efectivo activando macrófagos contra las células tumorales, después de una inyección intraperitoneal en ratones. Este polisacarido induce a los macrófagos para que produzcan el factor de necrosis tumoral, interleucina-1 e interferón-beta. Polisacáridos derivados de la E. purpurea aumentan la actividad citotóxica de los macrófagos contra las células tumorales y el parásito intracelular Leishmania enrietti (1,3). Además incrementa la proliferación de células T y linfocitos (3).
Estudios realizados demuestran que las equináceas potencian la liberación de citoquinas y la liberación de radicales de oxígeno por los macrófagos, los cuales están destinados a destruir elementos estructurales de los microorganismos (4).
Protector del colágeno:
El ácido caféico y sus derivados ejercen un efecto protector en la degradación inducida por radicales libres (tipo III) del colágeno. Esta actividad puede ser de utilidad en el tratamiento del daño provocado por las radiaciones UVA y UVB en la piel, en el cual el estrés oxidativo ejerce un papel crítico (3).
• Usos e indicaciones:
Es muy útil en la profilaxis y tratamiento complementario de las afecciones respiratorias como la gripe, el resfriado común, faringitis, rinitis, sinusitis y bronquitis (1,3).
En baños, pomadas o compresas se utiliza sobre las quemaduras, heridas purulentas, forúnculos, acné, inflamaciones y ulceraciones dérmicas (1,3).
Tiene acción antitérmica, antinflamatoria, antiviral, aperitiva, digestiva, colerética y diaforético (1). Además se utiliza en el tratamiento de infecciones del tracto urinario, y debido a su acción inmunoestimulante en aquellos casos de tendencia a reinfecciones (3).
Estudios clínicos recientes, sobre todo en la prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas virales, demuestran que la equinácea es una alternativa real como tratamiento complementario a este tipo de infecciones. De esta forma puede contribuir a estimular las defensas naturales del cuerpo y prevenir muchos cuadros infecciosos de carácter crónico-recidivante (4).
• Efectos adversos:
Puede producir un aumento de la salivación (1). Se han reportado reacciones alérgicas al administrar vía parenteral, como náusea, vómito, fiebre, salpullido, dificultad para respirar, mareo y disminución de la presión arterial (3).
• Contraindicaciones:
En embarazo, lactancia y hepatopatías.
La comisión E no recomienda el uso en la tuberculosis, colagenopatías, esclerosis múltiple, SIDA, y otros desórdenes inmunológicos, debido a la posible activación de respuesta autoinmune y de otras exacerbaciones del sistema inmunológico (1,3). En todos los casos, es necesario que el médico evalúe la conveniencia de su administración y supervise el tratamiento (1).
La administración parenteral se encuentra contraindicada en pacientes con tendencia a desarrollar alergias, especialmente en el caso de pacientes diabéticos (3).
• Toxicidad:
Se conoce poco acerca de la toxicidad de esta planta (2). En modelos animales se ha notado una disminución en la fertilidad.
• Interacciones:
Pueden ocurrir interacciones medicamentosas con inmunosupresores, corticosteroides y agentes quimioterapéuticos en el tratamiento del cancer (3).
• Dosis:
_Uso interno: 6 a 9 ml. Las dosis parenterales se deben individualizar (3).
_Uso externo: preparaciones semisólidas de al menos 15% por un máximo de 8 semanas (3).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaina. Asociación Española de Médicos Naturistas. Fitoterapia, Vademécum de Prescripción: Plantas Medicinales. 1998. Barcelona, España. Versión CD-ROOM .Wfitos 1.0
2. The Lawrence Review of Natural Products.1994-1995. Facts and Comparisons. Missouri, U.S.A.
3. PDR for Herbal Medicines. 2000. 2 edición. Editorial Medicor Economics Comp. USA.
4. Revista de Fitoterapia. Volumen I, No. 1. CITA publicaciones y Documentación S.L. España, marzo del 2000.

Fuente: Centro Nacional de Información de Medicamentos (CIMED). INIFAR. Facultad de Farmacia. Universidad de Costa Rica.CIMED. 43
Serie de Actualización Profesional CIMED 2002. Teléfonos: (506) 207 5495 – 207 3330. Fax: (506) 207 5700.
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