Guía medicina natural – Carlos Kozel
Ajo
Cuanto hemos dicho respecto a la alta estima en que se tenía
a la cebolla en los pueblos antiguos vale también para el ajo. Los pueblos
primitivos llegaron a atribuir propiedades mágicas al ajo.
El ajo, como la cebolla, es uno de los vegetales curativos
más importantes. Sus grandes virtudes medicinales se ponen mayormente de
manifiesto al combatir la bronquitis, las inflamaciones del intestino, tos
gusanos intestinales, la fiebre tifoidea, las infecciones en general, el asma,
la diabetes; pero donde el ajo despliega toda su enorme eficacia es contra la
presión alta de la sangre y la arteriosclerosis.
En Austria, se despertó la atención del público sobre este
excelente medio curativo, debido a los extraordinarios resultados que obtenía
el doctor Eugenio Marcovici, quien curo con gran éxito las más peligrosas
enfermedades intestinales. A este respecto, la revista Clínica Semanal comentó:
"Basándose en antiguas experiencias de la ciencia, el doctor Marcovici emplea
el ajo para la detención del desarrollo de bacterias en el intestino. En todos
los casos de catarros intestinales crónicos
Se obtuvo una pronta desaparición de los desagradables
síntomas, un gradual retorno del apetito y un ventajoso efecto sobre todo el
organismo, sin ningún efecto desfavorable. También casos más o menos graves de
disentería fueron tratados con ajo y obtuvieron éxitos tan favorables, que
incluso en enfermedades como el cólera habían desaparecido 10 síntomas en el
término de tres a cinco días".
Los venenos y toxinas acumuladas en el organismo que, al
combinarse con los activos principios eliminadores del ajo, despiden aquel
desagradable olor. Prueba de ello es que el que practica una alimentación
natural en la que el ajo figura en lugar preferente, no desprende aquel olor
que tan a la ligera se atribuye al ajo. Y sí, en cambio, desprenden olor a ajo
campesinos y obreros que, desde luego, comen mucho ajo, pero al propio tiempo,
siguen comiendo toda clase de alimentos tóxico, particularmente carne y grasa
de cerdo, embutidos, conservas, bebidas alcohólicas, etc. Y, claro, en estos
individuos, el ajo elimina constantemente alimentos no asimilados por su
toxicidad y es la permanente eliminación (gracias al ajo) de estas sustancias,
la que origina el desagradable olor, no el ajo.
¿Cómo puede efectuarse una cura de ajos?
Diremos, de entrada, que ya es una gran ventaja, usar
habitualmente ajo crudo picado con las ensaladas y comida. Naturalmente,
resulta mucho más efectiva la cura de ajos realizada concurriéndolos en forma
de jugo.
Para obtener jugo de ajos se machacan bien en un mortero
diez, quince, veinte o más dientes de ajo. Se mezcla la masa de ajos machacados
con el zumo de dos o tres limones. Se deja este preparado bien tapado durante
la noche. Después, se revuelve bien y se toma una cucharadita cada hora.
Durante una cura de ajos, se deben comer muchas ensaladas de
plantas silvestres (ortigas, diente de león o arnargón, lengua de vaca, borraja,
verdolaga, espinacas, etc.), y tómese cada mañana y noche una pequeña taza de
su jugo. Cómase también .puré de patatas junto con estas ensaladas y comidas de
plantas. El puré de patatas debe prepararse
Ajo. - El ajo, como la cebolla, es uno de los vegetales
curativos más importante.
Especialmente indicado en casos de histeria, anormalidades
de la presión arterial, falta de apetito, etc. Por sus probados principios
curativos y preventivos, está igualmente indicado en trastornos cerebrales,
bronquitis, palpitaciones del corazón, enfermedades de tos riñones, expulsión
de helmintos, reumatismo y muchas enfermedades mas.
Fuente: Guía medicina natural – Carlos Kozel
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