Aloe Vera
La planta que cura
3º+). Filatov logró así curar un gran número de cataratas y
de
queratosclerosis de origen sifilítico. Practicó con éxito
más de
cuatro mil trasplantes de córnea. Intrigado por el hecho
paradójico de que un injerto tomado de un cadáver y
conservado en frío parecía mucho más eficaz que un injerto
tomado de una persona viva, sus investigaciones prosiguieron
en esta dirección. Comprobó que estos tejidos,
convenientemente
extraídos y conservados en frío, continuaban viviendo
y formaban substancias activas destinadas a paliar su
traumatismo. Así pues un injerto minúsculo que provenía de
un
cadáver lograba regenerar el tejido enfermo de un cuerpo
vivo.
Llamó a estas substancias “estimulantes biógenos”.
Interesado por todo, Filatov estudió también los vegetales,
en
primer lugar el gingseng, la planta divina, y luego el áloe
(aloe
arborescens), abundante en la URSS meridional, del que
había
observado los sorprendentes efectos curativos en las
terapéuticas aplicadas por los curanderos tradicionales de
Asia
central.
Investigó sobre si su teoría de los estimulantes biógenos*
era
también aplicable a las plantas y, después de centenares de
experimentos coronados por el éxito a partir del áloe, llegó
a la
conclusión de la técnica siguiente :
Corta hojas de un aloe arborescens y las conserva durante 10
días en la oscuridad y en frío (+ 2 a 3 grados). Luego extrae la
pulpa de las hojas y la inyecta bajo la piel de los
enfermos. ¡El
extracto de este jugo realiza el mismo efecto curativo que
el
trasplante de tejidos tomados de un cadáver !
Filatov dedujo de ello la hipótesis de que “todo deterioro
brutal de las condiciones de vida de un organismo animal o
vegetal provoca en este organismo la secreción de
estimulantes
biógenos, reguladores vitales con propiedades terapéuticas
del
todo sorprendentes”.
También se dio cuenta, sorprendido, de que las mismas hojas
de áloe puestas en autoclave a 120 grados, conservaban
algunas
de sus propiedades incluso si sus enzimas habían
desaparecido.
Filatov dedujo de ello que no son la córnea en ella misma o
el extracto de pulpa de áloe quienes provocan el proceso de
curación, sino los estimulantes biógenos que contienen.
En la constatación de sus efectos curativos Filatov no
consiguió explicar lo que eran estos estimulantes biógenos
ni
cómo funcionaban. Siempre según su principio de “Es quien
cura quien tiene razón”, Filatov trató a innumerables
pacientes
con preparaciones hechas a base de áloe (áloe
bioestimulado),
notando que esta planta estimula las funciones fisiológicas
del
organismo y aumenta de manera considerable sus defensas
inmunitarias.
Fue el Dr. Max Brandt quien intentó explicar científicamente
este proceso : “el mecanismo de funcionamiento de los
estimulantes biógenos a base de áloe actúa pasando por el
sistema nervioso central. Si el áloe provoca una
prolongación
de la duración de los reflejos condicionados, induce una
disminución de su fuerza e incluso su total desaparición.
Fuente: Marc Schweizer
Aloe Vera
La planta que cura
Tradución Anna-Maria Ascolies
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