Yogures: para todos los gustos y necesidades
No todos son iguales, la
amplia gama de yogures que se elaboran obliga a conocer sus características
nutricionales para elegir los más adecuados
Parece mentira que en una
sociedad hoy tan sedentaria como la nuestra debamos un buen número de inventos
a lo nómadas que algún día fuimos. Uno de ellos es el yogur. Postre comodín por
excelencia en buena parte de nuestros hogares, sin excusas cuando en casa hay
niños, la presencia de yogures es casi tan incondicional como casual fue su
descubrimiento: en alguna de las muchas ocasiones en las que los nómadas de
Asia Central o Europa del Este transportaban la leche fresca en sacos
elaborados con piel, se produjo la primera fermentación. El líquido se
convirtió en una masa semisólida que hoy conocemos como yogur. El calor y la
presencia de bacterias en estos sacos fueron los responsables de la
fermentación. La oferta comercial es en estos momentos amplísima: distintas
variedades e ingredientes, sabores, texturas... Todo parece pasar por yogur,
pero hay diferencias entre unos y otros. La información es la garantía de una
buena decisión y ese precisamente es el objetivo de esta Guía de Compra.
Pero,
¿qué es un yogur?
El yogur se obtiene a partir de una leche pasteurizada (se le
aplica calor durante un periodo de tiempo para eliminar posibles patógenos y
alargar así su vida útil) que se fermenta, coagula y acidifica por la acción de
dos bacterias (Lactobacillus
bulgaricus y Streptococcus
thermophilus). De hecho, la legislación vigente es clara y rotunda
en este sentido: el uso de una sola de las bacterias o de otras distintas a
ellas impide que la denominación correcta del producto sea la del yogur, en ese
caso, estaríamos ante una leche fermentada y no un yogur.
Los microorganismos que producen la fermentación deben estar
presentes, vivos y activos al final de la vida útil del yogur en una cantidad
mínima de 10 millones de colonias por gramo o mililitro.
No cabe confundir tampoco yogur y postre lácteo. Este último es
una preparación que cuenta con una base de leche en su composición, pero que
contiene otros ingredientes como nata, huevo, chocolate, harinas, etc. Dentro
de esta clasificación, entran las mousses, natillas, flanes, batidos,
helados... Nutricionalmente, las diferencias entre yogur y postres lácteos son
abundantes y claras. En general, más grasos, con más azúcar y por tanto, menos
saludables.
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